La problemática de roma barroca nace con la Contrarreforma, que fue la respuesta de la Iglesia Católica a la Reforma Protestestante. Históricamente, la Iglesia Católica mantuvo poder casi sin disputa ni conflictos. Si antes de la Reforma la Iglesia dictaba las maneras de vivir, sin discusión ni barreras, por la Reforma Protestante la Iglesia tiene que buscar nuevas formas de volver a tener poder sobre las vidas de los ciudadanos y cómo consolidar ese poder.

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Sixto V fue un gran agente en la búsqueda de poder, por sus grandes acciones urbanas que hicieron evidente la importancia de la Iglesia Católica en Roma. Él inició una búsqueda casi desesperada para darle a la Iglesia más poder, y múltiples Papas después de Sixto usaron su plan como base para mantener el poder; se intentaba construir un “ilusionismo del poder absoluto mediante un teatro especial" (Mumford, 2014, 628). Las modificaciones sobre edificios y elementos existentes en la ciudad de Roma fue una de las estrategias que la Iglesia Católica utilizó para generar esa ilusión de ser poderosa y construir el teatro para que los ciudadanos sean convencidos su relevancia y rectitud.

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Las modificaciones de las obras se ven a través de resignificaciones de las mismas, por el uso de decoraciones, y formas teatrales, convirtiéndose en escenarios para mostrar la grandeza de la Iglesia; "resignificación de antiguas estructuras y la creación de nuevos espacios monumentales” (Fernández-Galiano, 1984). Resignificar implica otorgar a algún objeto o término un sentido o significado diferente al original, que actúa como un signo o representación de algo diferente.