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Reseña

Reseña de tesis doctoral “Pensando el espacio habitado: domesticidad, espiritualidad y rito del habitar japonés” de Nadia Vasileva, para la Universidad Politécnica de Madrid en junio de 2020:

La tesis habla sobre los diferentes aspectos habitacionales japoneses durante la época Meiji, adentrándose en el espacio doméstico y haciendo referencias a otros espacios, con analogías entre lo doméstico y lo sacro. Propone análisis y descripciones sobre cómo la vida japonesa está arraigada y ligada a la espiritualidad, y cómo eso se traduce en la arquitectura en todos los ámbitos- no solo los templos.


Proponemos dos ejes de lectura, derivados del texto:
- modelo compositivo en el espacio sagrado
- modelo compositivo en el espacio doméstico

Modelo compositivo en el espacio sagrado:

    La autora empieza el texto analizando la composición del espacio sagrado en Japón, que consta de un núcleo central llamado "moya" rodeado por un espacio perimetral llamado "hisashi". Esta composición se originó en los santuarios sintoístas y se adoptó en los templos budistas, luego se trasladó de manera casi idéntica a las residencias palaciegas durante el período Heian. Esta estructura se conservó en diferentes tipos de viviendas japonesas a lo largo del tiempo, como la residencia de la clase militar "shoin" y el modelo doméstico japonés por excelencia "sukiya".
     El texto muestra que para indicar la naturaleza sagrada de un espacio, se establece una delimitación alrededor del objeto o lugar identificado. Lo que destaca en este espacio es su configuración espacio-temporal: se delimita un recinto vacío y disponible para la habitación de la deidad, y se coloca una colección de ofrendas que luego se retiran. La jerarquía espacial en este contexto se establece claramente como entorno exterior, recinto sagrado y objeto de veneración para el recibimiento de las deidades en el núcleo. Esto se materializa en el “dohyō” (o ring de sumo) se considera un recinto sagrado en donde cada elemento utilizado en su construcción tiene un significado simbólico. El objeto a través del cual desciende la deidad es el propio luchador de sumo.  
    Vasileva marca el término "himorogi": se relaciona con los términos "ente divino", "punto de descenso" y "árbol", lo que significa que “himorogi” se refiere tanto a un objeto como a un lugar sagrado. Esto sugiere que el objeto-persona adquiere una dimensión espacial adicional, siendo un objeto animado que contiene un espacio disponible para albergar la presencia divina.
     El texto sigue con el análisis del "jinja", que es el santuario sintoísta, el cual es un edificio que nace para albergar actividades religiosas en comunidad, en torno al descenso de la deidad a la tierra. Asimismo, menciona el templo budhista "otera", que cumple el mismo propósito de culto. Aunque los templos sean de diferentes religiones, consisten de dos edificios- uno de ellos la residencia de la deidad, el otro dedicado a la oratoria-, unidos por espacios de transición entre el "kami" o deidad y los mortales.

Espacio compositivo en el espacio doméstico:
    Las temáticas del espacio sagrado se ven plasmadas en el espacio doméstico a través de tres tipos arquitectónicos principales: "shinden", "shoin" y "sukiya". Cabe destacar que el mismo modelo compositivo fue adoptado en el espacio sagrado y en el doméstico, y que el término “moya” para designar al área central se originó en relación a los espacios sagrados, a pesar de que se haga su primera aparición en residencias aristocráticas. La "shinden", o construcción para dormir, es una unidad espacial habitable que refleja la flexibilidad del estilo de vida de la aristocracia del período Heian: implica un espacio privado para el sueño. 
    Vasileva menciona que a lo largo de la historia, la arquitectura representativa funciona como guía para el desarrollo del espacio habitado. En Japón, hay tres tipologías: "shinden zukuri" (establece el “interior de vivir en comunión con la naturaleza”), "shoin zukuri" (supone una “ordenada auto contención del espacio habilitado interior”) y "sukija zukuri" (“impulsa el espacio residencial hacia una interacción más dinámica entre interior y exterior”). La diferencia más grande entre las tres está en la relación objeto/mueble.
    La autora resalta que una temática sumamente importante es la del límite entre lo sagrado y lo profano, presente desde la disposición de la mesa hasta la de dos pabellones sagrados (por un lado, está el mundo de los mortales, el oratorio, y por el otro, el de las deidades).
    La presencia de elementos móviles en los espacios periféricos de la “shinden” permite que el espacio fluya entre interior y exterior durante el día, y por la noche, se confina el espacio habilitado de la misma. Así, el espacio se encuentra delimitado por dos planos paralelos que reducen lo habitado a la escala del hombre.


    Para cerrar, Vasileva remarca cómo la arquitectura japonesa entrelaza espacios sagrados y domésticos mediante objetos y su disposición espacial. En lugares sagrados, las piezas representan deidades mientras que en los hogares los elementos cotidianos reflejan la esencia personal. Los espacios tienen estructuras  similares tanto en los templos como en las viviendas, influenciadas por tradiciones. En los sitios sagrados, la atención se enfoca en el objeto de veneración; en los hogares, esto simboliza cruzar la línea entre lo sagrado y lo terrenal. Arquitectos contemporáneos como Toyo Ito aplican esta idea con espacios fluidos y formas livianas. La tradición perdura en elementos actuales, cargados de significados culturales. En resumen, la relación entre objetos y espacios en la arquitectura japonesa conecta lo sagrado con lo cotidiano, ejerciendo influencia en el diseño actual.
    Tras la lectura y análisis detallado del texto, teniendo en mente el contexto de estudio y las tradiciones de la región, llegamos a la conclusión de que el texto es relevante para entender mejor las diferencias culturales de oriente y occidente, tanto en el espacio sacro como el doméstico. Vimos cómo la autora describe en detalle, de manera efectiva, como, a diferencia de los países occidentales, en Asia se le da mayor importancia al aspecto espiritual, plasmado tanto en lo doméstico, en lo religioso, y en la cotidianidad. Se explicó de manera muy clara y concisa las relaciones entre un templo y la vivienda, la manera en la que siempre aparece un núcleo sagrado, privado para la deidad o para el corazón del hogar, rodeado de un espacio más público, en donde se fomenta el encuentro.
 

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